OMNIA

mayo 09, 2006

Memories

El otro día conversaba con alguien que decía que no recordaba a sus compañeros de la básica ni menos de la enseñanza media. Ni sus caras ni sus nombres. Yo los recuerdo a todos. Incluso algunos del Jardín Infantil. Los compañeros de Primero Básico, sus caras, ahí están… SP que se sentaba delante de mí, y que se daba vuelta solo para pegarme… como yo no le devolvía el golpe, seguía en lo suyo hasta que un día la pisé, envalentonada por mi mamá y por la mirada cómplice de mi profesora. Estaba PG, un niñito precioso que me gustó hasta por allá por Cuarto Básico. Y también mi amiga PE con quien nos juntábamos a jugar en su casa…
La mayoría estuvimos juntos hasta Cuarto básico. A partir de ahí, asumo que en un experimento, mi curso fue dividido en dos y rearmado al año siguiente. Muchos ya no volvimos a ser compañeros otra vez, al menos hasta Octavo básico.

Estaba GJ… usaba lentes, caminaba rápido, era callado y era especial. Recuerdo la primera vez que la profesora lo echó de menos en primero básico… lo buscaron mucho rato, hasta que supimos que había atravesado todo el patio de mi colegio, con bosque incluido, salido por el estacionamiento de la otra calle, caminado al menos cuatro cuadras y cruzado la calle hasta llegar a su casa… Ello se repitió y ya sabíamos que cuando G no estaba, era porque se había ido no más. Y al otro día volvían a llevarlo a clases.
Siempre fue especial. Era particular. Buen alumno, no tengo recuerdos que haya tenido problemas de aprendizaje. Además había pasado el examen de ingreso, que ya en esa época era exigente. Por allá por Tercer básico, era conocido porque se comía la tiza del pizarrón, masticándola con ganas. Yo comencé a huir de él, cuando descubrí que era el culpable de la pérdida de las gomas de chocolate que se desaparecían una y otra vez. Mi mamá las compró un par de veces más y ya después opté por dejarlas en la casa. Debe haberlas encontrado riquísimas!!
No volvimos a ser compañeros y yo al terminar la básica, me cambié de colegio. Me lo encontré un par de veces en la calle y hace un par de años lo vi. Estaba exactamente igual. Lo reconocí altiro.
Hace unos días, abrí el diario y vi su nombre en las últimas páginas. Aquellas en las que uno no quiere ver gente conocida, ni menos querida.
Lo vi de niño, en clases, corriendo, en los cumpleaños…

Fui al primer funeral de alguien con quien aprendí a leer y escribir…
El cáncer otra vez. Tenía 35 años…

Caminó por aquí Aynna Dannan :: a las 17:34 :: 11 Que siguen sus pasos:

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