Cuando le comentaba a un blogger que no sabía de qué escribir, me dijo: pero inventa!! jaaa...

Y le dije que no podía…
Como hasta hace poco me estuve cuestionado la especie humana, más específicamente, el género hombre de todas las formas posibles, dije: algo debo tener para contar, algo debe haber en alguna parte de mi enorme cráneo…
Y en un cajoncito encontré tres cosas, situaciones distintas, pero que en su momento me mostraron a esas personas en su dimensión real. Aquí van.

Una: Hace unos años, trabajaba en un pueblo cercano a mi city, a alrededor de 30 min de viaje. Por lo tanto tomaba un bus rural, todos los días… Yo no tenía ningún problema con ello, pero si alguien ofrecía llevarme, bien.

Una mañana, esperaba mi bus, como siempre… y pasó P, un tipo que trabajaba conmigo y que me caía muy bien. Me dijo: Vamos, sube, te llevo.

En el auto iba una persona más que también trabajaba con nosotros. Y me subí, agradeciéndole la atención.. jaaa... considerando que prácticamente no me conocía. Total que transcurrido el viaje y habiendo conversado todo el rato… llegando a nuestro destino… NOS COBRO EL PASAJE!!
Plop! Probablemente si me hubiera dicho antes el asunto, hubiera re-pensado en irme con él, porque hacía el viaje de todas maneras y porque nadie lo obligaba a irse en auto, todos los días… Le pagué mi pasaje en medio de mucha vergüenza ajena… y por supuesto, no sé que cara le puse, que nunca más ofreció llevarme a ninguna parte!!

Dos: Hace muchos más años, estando en la universidad, había ido yo a una casa de visita. Me di cuenta que andaba sin plata y no quería irme con quien había ido… así que decidí salir temprano, porque debía caminar. Me despedí de todos y expliqué que me iba… de repente se acercó una compañera de carrera y se dio el siguiente diálogo:
Ella: Andate más tarde, aquí tienes plata….
Yo: Qué?? Cómo se te ocurre?? Nooo, gracias, pero no...
Ella: Toma, acéptala. De verdad...
Yo: …

Ella: Hace tiempo, yo no tenía plata para almorzar y tu me regalaste el almuerzo…
Aquí te devuelvo la mano. Quédate.
Por supuesto me quedé, al menos un ratito. Con una sonrisa...

Tres: Durante muchos años, mantuve una amistad con alguien. Era amistad, aunque había atracción, pero nunca quise tomar la opción de algo más, porque él iba (va) por la vida haciendo sufrir minas y yo le conocí muchos cadáveres en ese camino…
Independiente de eso, yo lo respetaba mucho y le tenía cariño. Un día, se me puso jote. Cargante. Muy cargante. El era de esos que consigue todo lo que quiere y seguramente estaba convencido que le iba a ir bien... Cuando escuchó un NO firme y claro de mi parte, no quería convencerse. Y nunca esperé su reacción.
Se quedó callado un rato, y de repente me lanzó, como un cabro chico y delante de todos:
Oye, y qué es de TP (una amiga muy querida)

Está bien, le dije…
Si ah. Yo salí con ella una vez, y me la comí… sabías??
…
No podís ser tan desubicao y tan mala leche. Te pasaste!

Por supuesto nunca me he arrepentido de ese NO…